Alejandro Alonso Cabrera (Jany)

image No he llegado a esta página por casualidad, en un correo, mi hermana, me indicaba que existía una asociación en Oviedo que estaba continuando un relato de Poe, y me daba la posibilidad de continuarlo, sin ninguna otra pretensión más que de escribir. Una vez escrito me propuso presentarlo a tu web. En principio no sabia que hacer, simplemente tenía en mí un pequeño ejercicio de escritura, un hobby o pasatiempo. Pero por fin me decidí y aquí os envió el relato.
Dice la página web que podemos hacer una presentación, deseaba pedir ayuda para poder poner algo sobre mí, puede que, porque la visión que tengo de mí sea demasiado buena o demasiado mala y ciertamente no se ajuste a la realidad. Ahora bien, no sé a quien debo pedir la ayuda, no sé si estas personas que me conocen son las correctas. En fin, este soy yo sin meterme en profundidaes:
Alejandro Alonso Cabrera (los que me conocen me llaman Jany).
Nacido en León allá por el año 1965,donde continúo viviendo,  –aquí tengo que hacer un inciso: me parieron, yo no quería salir y me tuvieron que sacar, no, no fue cesárea, solo que hacía frió y no quería salir y esto es literalmente cierto, además nadie consultó mi parecer en este aspecto-.
Hijo de un leonés y una asturiana, lo cual me hace considerar a Asturias también como patria –considero patria cualquier sitio donde las gentes te traten bien, lo mismo me podría pasar en Melburne o en Ukambani-.
Y soy el tercer hijo de los cuatro que tuvieron mis padres –realmente solo nos tuvo mi madre, mi padre fue un mero espectador en ese momento-.
La luz de mi faro son mi mujer y mi hija de 14 años. Vivo también con mi suegra y con un maleducado perro al que no logro enseñar buena conducta.
Mi vida esta relacionada con la informática, aunque ahora la vida me ha llevado a una empresa relacionada con y para telefónica.
Las artes me gustan prácticamente todas, las cuales practico y ejecuto sin mayor interés que ese, el de practicarlas, por el simple hecho de satisfacción personal, sin espera de reconocimiento –aunque mola mucho eso de que te digan que esta muy bien, y en muchas ocasiones ansíes el reconocimiento, simple humana vanidad-.
Lo de escribir me viene de pequeñito, desde que me enseñaron a leer, también me obligaron a escribir –nací zurdo pero las monjitas me forzaron a usar la diestra que era menos siniestra-, y desde entonces no he parado. Es cierto que era mejor escribir que hablar, siempre fui parco en palabras y muy tímido. No tengo nada publicado y sólo gané un concurso en el colegio.
Y en eso estamos, satisfaciéndonos, en unos casos a nosotros mismos, y en otros, unos a otros.
Y hago mías las palabras de Egar: “La ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia”.
Un saludo y un abrazo y las gracias anticipadas por esta ocasión de disfrute, goce y satisfacción, que espero llegue a buen puerto y se repita.
Alejandro A.

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