Entre interminables partidas de dominó en el Hogar del Jubilado y un buen libro, me he decidido por lo último y ahora que la vida no me empuja y soy dueño de mi tiempo, he decidido escribir, tomando de nuevo una bella costumbre que un buen maestro me enseñó y que por el difícil trabajo de ir viviendo, tuve que abandonar.
Me presento ante ustedes gracias al agradable empujón de una buena amiga, maestra y gran escritora. Gracias Veli.
No hay comentarios:
Los comentarios nuevos no están permitidos.